sábado, 1 de octubre de 2016

Testimonios

Estos son tres testimonios de mujeres indígenas que han dejado de callar y al fin pudieron hablar sobre los lamentables hechos que marcaron su juventud, estas mujeres salieron del silencio para que por fin se haga justicia sobre esas personas que abusaron brutalmente de ellas.  

“La última vez que salimos para la montaña, recuerdo a los aviones que pasaban diciendo ‘gente entréguese! Ya va a venir la paz! Tenemos comida!’ Ya no aguantábamos el hambre, no teníamos casa, no teníamos cosecha ni animalitos porque todo lo habían destruido, estábamos desesperados y entonces mi mamá decidió entregarse al destacamento porque se cansó. […] En vez de recibirnos de buena manera, fue allí donde nos hicieron el daño” relata Elena de Paz, sobreviviente del conflicto armado interno y de violación sexual. En 1982, Elena, de 12 años de edad, y su madre fueron violadas por soldados del Destacamento Militar de Tzalbal, del municipio de Nebaj, en el departamento de Quiché.  Su madre murió como consecuencia de las agresiones.
Elena es una de las 97 testigos que presentaron su declaración ante el Tribunal Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente ”A” en el juicio por genocidio y delitos contra los deberes de humanidad llevado a cabo entre marzo y mayo de 2013. El Programa de Acompañamiento a la Justicia de Transición (PAJUST) del PNUD, acompañó el primer caso de genocidio juzgado por tribunales nacionales, incluyendo el acompañamiento a 10 mujeres Ixiles, víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado interno, entre ellas Elena, quienes fueron escuchadas por primera vez en la historia del país en un juicio oral.

“Al testificar, me sentí contenta y, a la vez, triste, pues recordé lo que le pasó a mi mamá”, relata Elena describiendo su recorrido para acceder a la justicia. “Hace nueve años conté mi historia por primera vez” explica, recordando el estigma, pero también el apoyo recibido de una red social, incluyendo a otras mujeres víctimas de violación sexual.  “Conocer a otras mujeres que atravesaron por lo mismo me dio más fuerza, más valentía pues no viví eso sola,” agrega.
y garantizar su vida, esta mujer narró los horrores sufridos a manos de los soldados.



Elena cuenta con el apoyo de la Asociación para la Justicia y Reconciliación (AJR), una asociación de sobrevivientes del Conflicto Armado Interno de cinco regiones del país, y querellante del caso.  Desde hace 13 años la  AJR ha sido asesorada por el Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (CALDH) en su búsqueda de justicia por lo sufrido por el pueblo Maya durante el conflicto armado interno. Elena fue parte de un proceso de fortalecimiento y empoderamiento de sus derechos, con su testimonio fue reconocida por su valentía, al romper el silencio basado en el miedo, llevo la voz de muchas mujeres que vivieron la violencia sexual, abriendo el camino para el acceso a la justicia para otras mujeres



indigenas violadas
Yo soy una mujer indígena que vivía feliz con mi esposo y un hijo de un mes, hasta que un día llegaron hombres del Ejército a mi casa y me violaron”, relató con la voz entrecortada una de las miles de víctimas de estos casos que se calcula que hubo en los años 80 del siglo pasado.

Más desgarrador fue el testimonio de otra indígena, a quien los militares violaron y dejaron embarazada.

Proyectada en una silueta para proteger su identidad “Yo grité por miedo, pero nadie me escuchó, estaba sola, me pegaron y me tiraron al suelo. Primero me violó uno y luego otro. Ellos se reían mientras me violaban y me dejaron desangrando”, detalló.
La mujer dijo que, por temor, no le contó lo sucedido ni a su esposo ni a su familia, porque la amenazaron con matarla.
“No hablé con nadie, me quedé callada, sufriendo mi dolor, y me fui a refugiar a México, pero hoy estoy aquí para exigir justicia y para que se enteren de lo que sufrí”, señaló.
Comentó que debido a la violación sexual ha sufrido discriminación en su propio pueblo, que no identificó por razones de seguridad, dónde la llamaban “la mujer de los soldados”.


Una mujer indígena maya guatemalteca espera para dar su testimonio como víctima de violación a manos de elementos del ejército guatemalteco durante la guerra que padeció este país (1960-1996). EFE

Estoy aquí para pedir justicia para todas las mujeres que murieron durante el conflicto armado sin poder hablar y para que no vuelva a pasar lo mismo de la guerra”, enfatizó.Según esta mujer, los militares la dejaron embarazada y tuvo un hijo que ahora le exige conocer a su padre.


“Yo estaba en mi casa sola cuando llegaron los ejércitos (los soldados) y me violaron. (No) me desperté hasta (el) otro día, lastimada y sangrada, tirada en el suelo”, relató.

“No soy la única mujer que pasó eso. A otras las mataron y nos duele, porque fuimos (la indígenas) las que más sufrimos”, aseguró.
Aunque estas mujeres aún sienten miedo y vergüenza por los vejámenes de que fueron víctima hace más de 20 años, han roto su silencio en busca de que el Estado haga justicia con sus casos. Al igual que estas dos mujeres existe miles más, que piden a gritos justicia por lo que pasaron durante el conflicto armado interno.

  • Enlaces: http://www.gt.undp.org/content/guatemala/es/home/ourwork/crisispreventionandrecovery/successstories/pajust_eleneadepaz.html
  • http://realidadguatemalteca.blogspot.com/2016/07/acuerdos-de-paz-de-guatemala-y.html
  • www.google.com/imagenes


14 comentarios:

  1. Muy impresionante, gracias por la información, la necesitaba para un trabajo de la escuela.

    ResponderBorrar
  2. Gracias. A mi también me dejaron el mismo trabajo, si saco 10 será en definitivo por la información de este blogg.

    ResponderBorrar
  3. Gracias por la información dada, me ayudaste con un tema de sociales!

    ResponderBorrar
  4. Que bueno, espero te haya ayudado con tus preguntas.

    ResponderBorrar
  5. que triste saber que hubo tanta violencia en esa epoca..buen contenido..

    ResponderBorrar
  6. que triste saber que hubo tanta violencia en esa epoca..buen contenido..

    ResponderBorrar